La Cábala (del hebreo קַבָּלָה qabbalah ‘recibir’) se ha introducido como una tradición muy remota. Sin embargo, la cábala ha llegado a referirse a una colección de escritos judíos místicos y éticos que, en su mayoría, datan de la época medieval. Consisten en buena parte de las interpretaciones especulativas y simbólicas de las Escrituras Hebreas.
Hay varias tradiciones cabalísticas, algunas de las cuales destacan por sus inclinaciones mesiánicas. Uno de los mesías más conocidos fue Sabbatai Zevi , que, en 1666, convenció a una gran parte del mundo judío, musulmán y cristiano que él era el Mesías. Su conversión al Islam es vista de forma diversa como una pseudoconversión cobarde intentando salvar su vida o como un paso necesario para la redención del mundo.
Los orígenes de esta se remontan únicamente al siglo XII d.e.c (aunque siempre hay quienes afirman que es muy anterior basándose en mitos y leyendas nacidas no antes de ese siglo) y que parecen sugerir que esta se remonta a los tiempos de Adán y a los de Moisés. (de quienes no hay evidencia alguna para poder confirmar o desmentir esto).
El primer y mayor exponente fue Abraham Abulafia (nacido en Zaragoza en 1240), quien en el año 1270 afirma sufrir un éxtasis profético y posteriormente empieza a venderse en algunos países como el Mesías. En 1280 decide viajar a Roma para convertir al Papa Nicolás III al judaísmo. Y más tarde anuncia, en Sicilia, que el Mesías llegaría en 1290.
Este propuso que del seno mismo de la Divinidad Oculta o Infinito (el Ain Sof), surgió un rayo de luz que dio origen a la Nada (Ain), identificada con una esfera (sefirá) o región, que recibe el nombre de Kéter (‘corona’). A partir de esta corona suprema de Dios emanan otras nueve esferas (lassefirot). Estas diez esferas constituyen los distintos aspectos de Dios mediante los cuales éste se automanifiesta.
Según los creyentes, este sistema descrito se multiplicó y volvió a multiplicar, generando progresivamente miles y miles de sistemas similares de diez esferas interiores poseedoras de luminosidad cada vez más reducida. Este proceso derivó en la formación del mundo en el que vivimos (véase Numerología y Cábala Cáp. XXI).
Todo esto se basa en un argumento circular que dota a la biblia de credibilidad sin antes verificar las afirmaciones que se exponen en ella. También se basa en las interpretaciones realizadas por este y otros judíos de rabinos como Shimon Bar Yojai. (siglos I y II d.e.c) a quien atribuyen la autoría de el Zohar, aunque este libro probablemente se remonte también al siglo XII y su verdadero autor sea el filosofo sefardí Mosé ben Sem Tob. Quién afirmo inspirarse en unos manuscritos del anterior que no aparecieron jamás.
Nota: Los únicos indicios sobre la existencia de Shimon Bar Yohai se deben a leyendas judías muy posteriores a los siglos en los que supuestamente vivió.
