Escepticcionario

Facebook
Twitter

Karma

El Karma es una ley en el hinduismo que sostiene que todo acto realizado, no importa lo insignificante que sea, con el tiempo se devolverá a la agente con el mismo impacto. El bien será devuelto con el bien y el mal con el mal. Dado que los hindúes creen en la reencarnación, el karma no conoce simples limites entre nacimiento / muerte . Si se te acontece algo bueno o malo es por algo que hiciste en esta vida o en una anterior.

A veces se refieren al karma como una «ley moral de causa y efecto«. El Karma es a la vez un estímulo para hacer el bien y evitar hacer mal, así como una explicación de porqué le sucede el bien o el mal a una persona.

Por un lado, el karma sirve para explicar porqué suceden cosas buenas a la gente mala y porqué le pasan cosas malas a la gente buena. Las injusticias del mundo, la distribución aparentemente aleatoria del bien y del mal, son sólo aparentes. En realidad, todo el mundo está recibiendo lo que él o ella se merece. Incluso un niño maltratado por adultos drogados merece ese horror. Los enfermos mentales, los retrasados, los homosexuales y los millones de judíos que fueron asesinados por los nazis se lo merecían por el mal que ellos mismos habrían hecho en el pasado. El esclavo golpeado hasta la muerte se lo merecía, no por lo que hizo hoy, sino por lo que hizo en alguna vida anterior. Lo mismo sucede con la víctima de una violación. Ella acaba de conseguir lo que se merece. Todo sufrimiento es merecido, de acuerdo con la ley del karma.

A pesar de que no hay y no puede haber evidencia para la creencia metafísica en el karma, la idea del karma es popular entre muchos en las culturas occidentales, donde esta se ha desligado de sus raíces hindúes. Los teósofos , por ejemplo, creen en el karma y en la reencarnación. Lo mismo sucede con James Van Praagh , quien dice ser un conducto psíquico para todos los miles de millones de personas que han muerto durante siglos.

Digamos que alguien mata a alguien. . . en un cajero automático …. Podrían ser dos cosas. Podría ser que la persona que cometió el crimen usó su libre albedrío para hacer eso. O, esto puede sonar raro, podría haber sido una situación kármica donde esa persona que fue asesinada tenía que ser pagada por el asesinato de la otra persona en una encarnación anterior. [Amazon.com entrevista con James Van Praagh, 2 de febrero de 1998]

Van Praagh deja claro que él piensa que es el karma, no el libre albedrío, lo que lleva a la gente a matarse unos a otros. Si Van Praagh está en lo cierto, bien podríamos desmantelar nuestros sistemas de justicia penal y éticos. Todo el mundo está siendo conducido por su karma hacia su fin. Nadie es realmente bueno o malo. Nadie es realmente responsable de todo lo que hace. Todos somos sólo peones kármicos danzando con el destino.

Por otro lado, la concepción de Van Praagh del karma como negación de la libre voluntad (o libre albedrio) no es aceptada por los budistas y otras personas que se adhieren a las religiones no occidentales. La visión de Van Praagh es más parecida al fatalismo que a la idea del karma como es entendida por aquellos que se han adherido a esta idea desde hace miles de años. Muchos en Occidente que rechazan el karma como un concepto significativo niegan la existencia del libre albedrío. En pocas palabras, el karma no va sobre el libre albedrío, sino sobre cosechar lo que se siembra. En las religiones abrahámicas, Dios recompensará a los buenos y castiga a los malvados. A pesar de que la gente buena sufre y la gente mala prospera en la tierra, al final Dios, según ellos, va a clasificarlo todo y a asegurarse de que todo el mundo recibe su merecido. Las religiones kármicas ven las cosas de otra manera:

En las escuelas teístas del hinduismo, los seres humanos tienen libre albedrío para escoger el bien o el mal y sufren las consecuencias, que requieren de la voluntad de Dios [sic] para poner en práctica las consecuencias del karma, a diferencia del budismo o el jainismo, que no otorga ningún papel a un dios o dioses supremos . *

Van Praagh presenta lo que podría denominarse como la versión New Age del karma. ¿Por qué en adelante debería ser alardeado un principio tan amoral  como si esto explicara la justicia última de un universo indiferente? Porque, dice Van Praagh, «Estamos en este mundo para aprender lecciones. Este es nuestro salón de clases aquí …. Es necesario pasar por ciertas lecciones para crecer«. Según Van Praagh, la vida en la tierra es en realidad una vida en el purgatorio. Estamos elaborando aquí  nuestros pecados, la evolución de nuestras almas y quemando un poco de karma. Estas son las mismas razones débiles dadas para la existencia del mal en un mundo supuestamente creado por un Dios omnipotente que es, además, un dios omnibenevolente. Es improbable que la versión de Van Praagh del karma  sea aceptada por los hinduistas o los budistas. Ellos sostienen que cuando una persona hace algo malo esta persona está actuando libremente. Y cuando una persona sufre el mal es porque esa persona ha hecho libremente algún mal en el pasado.

El karma, tal y como es entendido por Van Praagh parece hacer trivial a la vida, el mero funcionamiento de una “ley» metafísica que reduce a toda la gente a criaturas desprovistas de moralidad y responsabilidad, a una mera causa y efecto en un sistema insustancial. El Karma, tal como lo entiende Van Praagh, no permite que el mal que te sucede haya podido ser merecido. Tampoco su concepto captura la esencia de la idea original: las acciones libremente elegidas tienen consecuencias personales, aunque las consecuencias no se puedan experimentar en esta vida. Lo que se elige en esta vida determina si se avanza hacia la escapatoria del ciclo de renacimientos y el acercamiento al nirvana.

Por otro lado, que un acto sea inmoral o moral, según la subjetividad de cada persona, no prueba que uno vaya a recibir algo a posteriori acorde con la opción personal elegida. Y tampoco se puede probar que esto suceda tal y como lo afirman quienes creen en el karma y/o en la reencarnación. Esto más bien responde a un deseo personal de ver a quien hace algo incorrecto a ojos de uno mismo siendo castigado por ello. Una especie de deseo de justicia, arraigado desde siempre en el hombre, para todo aquello que uno no ha podido o puede controlar. Obviamente, la confianza en este tipo de supersticiones se ve limitada cuando esa misma persona acude a la creación de leyes para regular lo que la sociedad donde vive considera negativo y a la ejecución de las mismas contra esas personas que incurren en dichas leyes.

«…. Buenas y malas fortunas caen en suerte a los piadosos e impíos por igual ….» — Spinoza

Véase también reencarnación.

Para saber más…

Edwards, Paul. «Karma,» in The Encyclopedia of the Paranormaledited by Gordon Stein (Buffalo, N.Y.: Prometheus Books, 1996).

Karma & Reincarnation – Hinduism Today

Facebook
Twitter