El Mokele-Mbembe es un supuesto dinosaurio saurópodo vivo hoy día que habita en la región del pantano Likouala en la República del Congo. El animal fue supuestamente encontrado por los pigmeos locales quienes dieron a la criatura su nombre. Mokele-mbembe significa, dependiendo de la fuente, "arcoiris", "el que detiene el flujo de los ríos", o "animal monstruoso." El Mokele-Mbembe tiene supuestamente el tamaño de un elefante (la presa favorita de los pigmeos locales) con un cuello de reptil muy largo. Se dice que la criatura no tiene pelo y es de color marrón rojizo, marrón o gris, con una cola de nueve a cincuenta y cinco pies de longitud. La criatura aparentemente pasa la mayor parte de su tiempo en el agua, pero los pigmeos dicen haber visto huellas dejadas en la tierra de una pata con tres garras.
Los informes de esta criatura han estado circulando durante los últimos doscientos años, sin embargo, nadie ha fotografiado a la criatura o presentado ninguna prueba física de su existencia. Entusiastas criptozoólogos como Roy Mackal ( ¿Un dinosaurio vivo? En busca del Mokele-Mbembe, 1987) piensan que debemos dar tanto crédito al mokele mbembe como al monstruo del Lago Ness. Cierto, y también parece poco probable que esta criatura exista, ya que tendría que haber un número significativo de estas enormes criaturas para que continuaran produciendo descendencia después de que todos los demás dinosaurios se extinguieran hace unos 70 millones de años. Sin embargo, parece que han florecido sin dejar un solo cadáver, fragmento de hueso, o fósil.
De las más de 50 expediciones realizadas, ni una sola ha podido aportar evidencias. Las únicas imágenes que supuestamente pertenecen a este monstruo fueron las ofrecidas en el documental de la BBC emitido en 2001 con el título Congo 2 Spirits of the Forest, tomadas desde el aire, de tan solo unos segundos de duración y en las que no se distingue absolutamente nada. (ver imagen abajo)
Los criptozoologistas argumentan que, dado que un celacanto fue capturado frente a las costas de Sudáfrica, es razonable pensar que un dinosaurio también pudo haber evitado su detección durante unos cuantos millones de años. Sin embargo, hay una gran diferencia entre la búsqueda de un pez que se creía extinto y la búsqueda de un dinosaurio. El pez es pequeño y vive en el océano. Los océanos cubren dos terceras partes de la tierra y tienen profundidades de hasta 35,000 pies. Eso es mucho espacio donde ocultar especímenes y fragmentos de especímenes. Los dinosaurios son grandes, ocuparon la tercera parte de la tierra, más visible a sus otros habitantes, por lo que sería mucho más probable que se detectara que el celacanto.
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Loxton y Prothero llegaron a la Criptozoología desde diferentes direcciones. Loxton, periodista titular de la revista Skeptic magazine, de niño fue un ferviente creyente en monstruos después de haber descubierto una huella del Bigfoot en el bosque y a un pterodáctilo volando por encima de su patio trasero. (Ahora, él sospecha que la huella era una broma y el pterodáctilo era una gran garza azul). Prothero es un paleontólogo, quien también está entrenado en la biología y la geología. Ha escrito más de 250 artículos científicos y 28 libros, entre ellos cinco libros de texto sobre geología.
